Application of the Kantian Code of Ethics in Interpersonal Relationships and its Impact on Job Satisfaction in Office Workers/ Aplicación del código de ética Kantiano en las relaciones interpersonales y su impacto en la satisfacción laboral en oficinistas

Resumen

Las relaciones interpersonales en los centros de trabajo suelen ser consideradas de baja importancia. Sin embargo, en estos centros donde conviven diversas formas de pensar, suelen presentarse relaciones interpersonales: buenas o malas, debido a estas últimas, a que puede existir poca tolerancia, o bien, poca afinidad entre dos personas o entre un grupo de personas que conviven en un solo lugar
(Yáñez, Carmona y Novales, 2010).

La gran incógnita es si las relaciones interpersonales y la capacidad para el manejo de estas, se puede aprender de la misma forma en que se aprendieron las ciencias formales, pensando de forma abstracta.

El reto radica en que a diferencia de las ciencias formales, no se aprende conociendo los diferentes conceptos o modelos ya establecidos, se aprenden en la práctica, el ejemplo más utilizado es cuando aprendemos a andar en bicicleta, no se aprende leyendo un libro, un artículo o participando en clases, está acción se aprende con la práctica, la teoría sólo sienta las bases del como subirte a la bicicleta, los tipos de bicicletas, los componentes de una bicicleta, pero la práctica es quien domina y perfecciona la acción.

Las relaciones interpersonales se basan en el mismo principio, existen libros, artículos, foros, terapias que te hablan sobre las relaciones entre personas, pero es hasta la práctica, cuando un individuo pone en acción y perfecciona lo aprendido. 

Las relaciones interpersonales son todas aquellas acciones que se establecen entre por lo menos dos personas y son parte esencial de la sociedad, porque el humano por naturaleza es un ser social y requiere de esa necesidad de coexistir entre uno o más individuos de su misma sociedad. Esto significa que, en todo espacio sociocultural, un individuo convive con otros individuos, lo que le permite conocer a sus semejantes y conocerse a el mismo (Moreno y Pérez, 2018).

Es así cómo surge la pregunta de, cuál es el impacto que tienen las relaciones interpersonales entre oficinistas y el impacto que tienen entre los implicados en dichas relaciones, así como el resto del grupo de personas que conviven en el mismo entorno (González, 2010).

Ética Kantiana como un pilar para el código de ética en una empresa

Immanuel Kant (1921), filósofo de Königsberg, quien construyó la teoría ética incidiendo en la razón, las acciones y los actos del propio hombre los cuales deben surgir de la capacidad del razonamiento moral. Es decir, que esté debe ser libre de prejuicios y de intereses miserables o mezquinos, así resumimos que las razones éticas buscan el bienestar de los hombres
(Arredondo, Villa y de la Garza, 2014).

De allí que estas decisiones que hemos mencionado se fundamentan con concordancia en el bien común, por lo que las acciones de los individuos deben ser consideradas como parte de una ley moral, lo que, es decir; estos estándares se establecen a través de lo que llamamos un razonamiento lógico. De modo que la teoría kantiana se fundamenta en un principio denominado imperativo categórico, el cual tiene dos formulaciones:

La primera: Obra según la máxima que se pueda hacerse a sí misma, como al mismo tiempo y ley universal. La forma en que se puede interpretar esta dicha sería: No hagas lo que no te gustaría que te hicieran a ti. “trata a todos de la misma forma, elimina los intereses individuales”

La segunda: Brinda un soporte al despliegue de los códigos éticos, esté se puede interpretar: Cada uno debe tratarse a sí mismo y tratar a sus semejantes por igual, nunca como simple medio, sino, siempre al mismo tiempo y con fin en sí mismo.

De estas dos formulaciones infieren los elementos centrales de la ética empresarial. Por tanto, esto implicaría conocer a los demás como personas, de este modo las decisiones éticas tomadas, deben estar centradas en: no afectar, ni vulnerar los derechos de los otros (hombres). Desde esta perspectiva comprendemos que las decisiones éticas emergen de la interioridad y la individualidad, lo que busca como objetivo, una inclusión en la sociedad.

En síntesis, la ética kantiana resalta nuestro estado como seres racionales, capaces del pensamiento y razonamiento.

Arredondo et al., (2014), propone el fundamento en una ética centrada en la autonomía; en donde las leyes, normas políticas o códigos no son impuestos de forma irracional sobre nosotros, sino que podemos razonarlas y apropiarnos de ellas, como parte de un deber ser. El respeto a la dignidad humana debe ser el fundamento de toda relación humana y debe estar presente en nuestras interacciones con otras personas; así como las propias reglas que nos rigen, que deben ser universalizables, considerando que lo que es válido para uno, no es válido para otro/otros
(Piñón, 2013).